Se cuenta que en la lujuriosa Francia del siglo XVIII,
algunos anfitriones obsequiaban a sus invitados con el divertido juego de “El
Impávido”. Este consistía en sentar a los caballeros, desprovistos de
pantalones y calzón, en torno a una gran mesa redonda con largos faldones que
llegaban hasta el suelo. La esposa del anfitrión se introducía debajo de la
mesa, y elegía aleatoriamente a uno de los sedentes, introduciéndose entre sus
piernas, por debajo del faldón, y procediendo a practicarle una fellatio. De
este modo, y sucesivamente, la dama iba probando todos y cada uno de los penes
de los invitados sin ser vista desde la parte superior de la mesa.

El ganador, era el primero que conseguía eyacular en
la boca de la anfitriona sin ser descubierto. Teniendo en cuenta la dificultad
que conlleva evitar que el color o la mueca del rostro delaten la obtención del
orgasmo.
En la actualidad la mesa llena de tus amigos íntimos y
situando debajo de las faldas de la mesa a tu esclava después de presentarla en forma sensual, ella deberá colocar un
lacito en el pene a cada uno de los que superen la prueba, lo cual les dará
posterior derecho a hacer con tu sumisa lo que tu les des permiso
dependiendo de tu idea de lo que quieres ver que ese amigo deba hacer según su caráter para seguir el juego.
El castigado como perdedor se mantendrá levantado
siendo testigo inmóvil de la movida sin derecho a nada más que masturbarse
solo ante el resto de comensales.
Como regalo para la sumisa el Amo le dará unos azotes
severos ante todos, tantos como comensales hayan participado en la reunión, uno
para cada uno de ellos y a cada azote se le dará el nombre del diferente
participante, si el ganador (el que haya sido capaz de correrse sin que nadie
lo sospeche) lo desea podrá ser él quien de los azotes a la esclava de la forma que el Amo desee deban dársele.

Al contrario si se ha portado perfectamente cumpliendo la petición de su Amo, el premio posterior privado para la esclava aparte de
tu orgulloso comentario como Amo, será una cena privada con ella para escucharla en lo que desee expresar a su
Amo y asi aprender a mejorar en el dificil rol de Amo y entender su sensación para mejorar en la siguiente ocasión que quieras organizar esta fiesta privada...
No conocía tal juego... me gusta el hándicap. ..
ResponderEliminarNo tienes mal gusto, si juntamos unos cuantos participantes podemos hacer una partidita.
ResponderEliminarCon unas buenas reglas bien clarificadas se puede hacer muy morbosamente sin faltar al respeto a nadie, incluso podria ser con mascara para ocultacion de los participantes.