Cuando decides que ya no puedes más con las palabras no
queda otra alternativa que pasar al castigo.
Tienes la suerte de tener una sumisa inteligente, una sumisa
rápida en su pensamiento, hábil en las segundas lecturas, pero aun con todo y
eso te das cuenta que no reacciona como tu deseas que lo haga y es que está
reclamando tu atención y la mejor forma de hacerlo es provocando de forma
consciente o de manera inconsciente un castigo para poder notar en su cuerpo el
trato personal de la única persona que puede aplicarle correctivo, su Amo.
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Usar tu correa es dar tu
personalidad propia. |
Hay Amos que desean
el placer del castigo, a mí personalmente me pone más deseoso el placer de su
obediencia directa, por lo que castigarla no es gustoso para mi, en todo
caso le puedo dar las mismas sensaciones del castigo pero de forma deseable,
deseosa y con una sonrisa, pero al parecer hay momentos en los que el Amo veo
que debe ser severo con su sumisa castigándola bien para el beneplácito de su
ego de sumisa sintiendo en su cuerpo el placer del dolor infringido por el
correctivo directo de su Amo. Si se llega a las lágrimas, el éxito está
asegurado aun cuando es indispensable que dé muestras de su arrepentimiento en
esa misma sesión sin tener la necesidad de guardar ningún rencor por haber sido
suficiente para que saque todo cuanto le impida ser feliz en la relación con su
amado Amo.
Bienvenida esa nueva sensación del castigo directo como
terapia de enamoramiento de la sumisa hacia su Amo por duro que sea darlo.
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