sábado, 28 de septiembre de 2013

La personalidad y los valores definen al Amo.

Amo, mi carácter, la normalidad, me aburre, me hace sentir nada. Contra ésta frase solo hay una solución posible y es que una sumisa jamás pueda llegar a mencionarla ya que dice muy poco del Amo si la sumisa le pide socorro.
Lo más sabroso de mi sumisa,
su mirada.
Es fácil ocultar las lágrimas pero no la tristeza que hay dentro de la sumisa para el Amo que la entiende, que la conoce y que le da esa vida de sumisión plena, el Amo ha de saber hacer que su sumisa pueda soltar las lágrimas siempre que lo necesite porque es parte del encanto, ver llorar a tu esclava de amor, de entrega y felicidad.
Un idiota hace que su sumisa sienta celos de otras mujeres… Un caballero hace que otras mujeres sientan envidia de su sumisa, y digo mujeres que no sumisas porque en definitiva la felicidad se le escapa en muchas ocasiones a su vida real y no solo se percatan otras sumisas sino otras mujeres que la rodean y digo caballero por que es lo que siempre debe ser un Amo.
Cuando tu esclava te habla de sus problemas no significa que se queje… significa que confía en ti y así lo has de entender como Amo ya que es de esa manera como los Amos podemos subir más de lo que haríamos sin su ayuda...
La vida se acaba cuando dejas de soñar, la esperanza cuando dejas de creer, el amor cuando dejas de cuidarlo y la sumisión cuando el Amo es el muñeco de su esclava o sumisa...
Cuando una mujer dice “dime la verdad” es porque ya la sabe, de ahí que por bien o por mal yo jamás aconsejaría mentir a la sumisa, en todo caso y sin abusar, no darle todos los detalles pero jamás mentirle porque además es morboso poder explicarle la realidad aunque se pueda ofender o disgustar, eso es más fácil de reparar mediante un bonito castigo que la ponga en su lugar de obediencia.
Si quieres ser Amo, no seas la segunda opción de nadie… o te eligen, o te pierden para siempre!!!. Cuando un Amo teme perder la sumisa ya no es su Amo y evidentemente ella ya no le pertenece, solo es un pelele de ella como mujer.
Nadie merece las lágrimas de tu sumisa, solo tu como Amo puedes pedírselas y si te las ganas y te las da, deberá ser  con esa sonrisa por su entrega hacia tí.



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