domingo, 21 de julio de 2013

Para azotar con pureza, la posición de la sumisa es primordial.

El Amo decide mientras ella siente.
Para un Amo azotar en cualquiera de las modalidades es un verdadero placer y más cuando también lo es recibir con ansia esos azotes por parte de la sumisa. Digamos pues que aparte del hecho de azotar la posición de la sumisa al ser azotada es quizás más importante que el propio hecho del golpe. Lo que buscamos en una escena así es placer. Está bien, a veces puede ser excitante simplemente golpearla en el momento, sin preparación y sin premeditación, como que abusas de ella porque te apetece como buen Amo ejercer ese derecho, pero para sacar todo el placer de una paliza la correcta posición es tan importante como el propio dolor dado en el acto. Así podemos distinguir dos puntos de vista distintos, el del Amo y el de la sumisa.
El dominante suele buscar en el posicionamiento exacto de la sumisa entre otras cosas:

La comodidad del Amo es esencial.
Comodidad: El Amo debe estar cómodo, tener bastante lugar para moverse libremente y poder poner con el que va a azotar en un ángulo que le permita moverlo sin esfuerzo y sin cansarse, además de pudiendo dirigirlo de forma apropiada sin desviar el golpe por algo que entorpezca la libertad de movimiento limpio del azote.
Fuerza: El que golpea debe poder golpear con toda la fuerza necesaria para lograr el efecto buscado y no quedarse sin fuerza por falta de espacio o mala situación etc...

Acceso total: El área a golpear debe estar totalmente expuesta y a la vista del Amo, y en el ángulo más apropiado para pegar con seguridad y severidad o al contrario suavemente pero siempre a su criterio, nunca al que pueda proporcionar una casualidad como pueda ser que la sumisa se cierre o mueva.
Seguridad: la sumisa debe estar puesta en una posición que facilite golpear en las áreas seguras y donde el Amo desee golpear, mejor que la propia posición dificulte golpear donde se podría hacer daño involuntariamente. (Siempre diferencio entre el daño y el dolor, me gusta darle dolor no quiero jamás dañarla y eso es una regla para mi imprescindible para que se pueda entregar con la soltura y la tranquilidad que necesito tener para gozar del placer de su dolor, por severo que sea.)
El siguiente punto de vista el que deseamos para la sumisa y están claras varias opciones que hagan del acto un lujo, entre ellas podemos  tener en cuenta como ejemplo las siguientes:
Comodidad: realmente esto depende del propósito de las nalgadas, y en el capricho del que castiga. Si se procura dar unas nalgadas sensuales, es preciso que la sumisa esté cómoda, para que pueda concentrarse en las sensaciones de la paliza. Si es una azotaina de castigo, el dominante decide si le desea dar esa comodidad en más o menos cantidad dependiendo del resultado final o incluso el momentáneo.
 Anticipación: el hecho de que se le ordene ponerse en una posición determinada prepara a la castigada para la paliza. En la anticipación el miedo puede ser tan importante como el propio dolor. El corregir la posición siempre da a la sumisa un toque de morbo puesto que sabrá como el Amo desea verla mientras la castiga.


Que ella vea la ramita le da
 ese toque de miedo tan exquisito.
Sensaciones aumentadas: si la parte a ser castigada está en la posición correcta, el que pega será capaz de proporcionar todas las sensaciones que se requieran, sean de placer o de dolor puesto que no se pierde en los alrededores sino que va directamente a conseguir o la sensación exacta que le desea dar.
Humillación: ser posicionada para unas nalgadas, ser obligada a ofrecer el cuerpo para el castigo es humillante, se siente tratada como una niña pequeña, y es excitante según mi forma de verlo.
Exposición: En la posición correcta, un sumiso está totalmente expuesto mostrando las nalgas y los genitales. A la sumisa se la debe obligar a facilitar siempre una buena exposición ya que así le será más difícil proteger su sexo apretándose ya que la vulva no es tan aparente como en el caso del sumiso que tiene sus genitales más externos. Esto hace la cosa más humillante. 

Atención: con las nalgas bien expuestas y dirigidas hacia el dominante, toda la atención se vuelve hacia la parte expuesta. La sumisa se siente “todo nalgas”. Eso intensifica las sensaciones ya que además debemos proporcionarle el ritmo adecuado para que pueda vivir la experiencia con toda la riqueza exigible. El ritmo, la frecuencia debe ser la que el Amo crea oportuna, las prisas nunca son oportunas. La sumisa debe tener tiempo de poder notar además de su dolor el placer en el Amo, mediante esos espacios en los que incluso podrá oír la respiración los comentarios, el silencio o lo que el Amo desee darle entre cada azote o nalgada.
Sumisión: La sumisa ha de ser obligada a ponerse en una posición muy vulnerable y humillante, sometiéndose totalmente a la voluntad del que le va a castigar. Está indefensa y no puede evitar el castigo. En el caso de ser castigada por cesión siempre me gusta que me vea sentado tranquilo mientras ella solo puede darme su orgullo de sumisión.


La varita despues de las nalgadas ha dado la propina
para placer extra del Amo que la tiene a mano..
Presentación visual: Si la sumisa está en la posición correcta, la situación debe ser excitante no solo para su Amo sino que lo será para otra sumisa que tengamos esperando o incluso si le ofrecemos la bonita visión a otro Amo a modo de agradecimiento o regalo, aún para quien no está en BDSM, porque el castigado está ofreciendo sus partes más íntimas a la vista de los presentes en la sesión que el Amo le estará dando.
Cada Amo tiene su forma de ver su BDSM, yo tengo la mía muy genuinamente mía y aquí solo expongo unos ejemplos que tengo en cuenta a la hora de disfrutar de mi esclava y en ocasiones, aunque pocas, de disfrutar viendo las caras de otras sumisas y sumisos al aplicar estas reglas de forma natural. En estos casos en los que hay terceros se ha de procurar que consigan disfrutar de la sesión y siempre darles la oportunidad de hacerles partícipes, jamás estatuas inmóviles sin derecho a sentir. Esto es un regalo que hago cuando tengo la oportunidad a mi esclava janna que así se sabe importante en su rol, aunque a veces ha habido algún problemilla, la verdad es que he de agradecer su buena voluntad.

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