miércoles, 25 de enero de 2012

LA MUJER QUE SE SABE MI SUMISA.

Nada le ha sido nunca fácil pero siempre ha sido voluntariosa y trabajadora. Mujer de palabra y obra, honesta sincera en su comportamiento y en todo, amiga de sus amigas  hasta el final. Detesta la mentira y la falsedad aunque su buena educación la hace callar ante ciertas injusticias.
Nerviosa pero ha sabido encontrar su espacio de tranquilidad cuando está con su Amo. Obediente pero para nada aburrida y siempre de buen humor reflejado en esa eterna sonrisa que le brota por los labios y se refleja en sus preciosos ojos azules expresivos hasta no ser capaz nadie de mirarlos sin entender su mirada como reflejo de su alma.
Tierna, complaciente y esforzada siempre, obediente hasta no poder más. Le gusta conversar  y siempre regala su atención al escuchar a quién necesita ser oído.  
Muy buena compañía para disfrutar en todos los aspectos del verbo.
Tenaz en la consecución de los objetivos que me propongo, sabe recuperarse de mis errores y aprende de cómo hacer desvanecer los suyos sin exigencias ni condiciones.
Janna, es bonita por fuera aunque lo que la destaca es su hermosura de adentro, eso es lo que más orgulloso me hace sentir de ella y lo que más valoro, es precisamente lo que lleva dentro a su vez también lo que más vulnerable la hace cuando alguien la quiere engañar o como antes he escrito le miente o le pretende esconder la verdad o lo que es la realidad. (Algún día hablaré de lo que es para mí la “verdad” i los portadores absolutos de la verdad, realmente una tribu de sinceros mal educados en los cuales casi siempre es imposible que sepan ni tan siquiera buscar la descripción en el diccionario de la palabra honestidad.)
Amiga íntima, fiel y leal admiradora de su Amo al cual seduce con su entrega sincera y tan absoluta como le es posible.
Es mi acompañante inseparable en éste camino tan sibarita del BDSM, noble hasta obligar a sacar en mi la severidad que distingue de los demás a un Amo orgulloso de su esclava, mi janna…
Sir Reus

sábado, 21 de enero de 2012

¿Qué más me dá? Eres mía, soy Amo por y para tí.

Sumisa o esclava, la diferencia radica solo en ella misma.

Respecto a las sumisas y esclavas, basado en mi experiencia real y muy personal, la única diferencia radica en los límites, pero no porque la sumisa los tenga y la esclava no. La sumisa pacta sus límites, se pone de acuerdo y en la mayoría de los casos, no va mas allá de lo acordado o lo apetecible según ciertos criterios. Los límites de la esclava, son los límites de su Amo.
He conocido muchas sumisas que no tienen límites, pero no se consideran y tampoco se sienten esclavas. Hablan, especulan de que las sumisas piensan, las esclavas no, … que las esclavas se entregan totalmente y las sumisas no, … que una agacha la cabeza, la otra puede reclamar… En realidad no es así, al menos yo no lo considero de esa manera. La sumisa o la esclava, lo sienten en su pecho, llevan en el alma lo que son, lo saben realmente. También existe la transición en una sumisa, hacia el lado de esclava, en todo puede haber un cambio, darse una evolución y ésto de pasar de sumisa a esclava, no es la excepción y con un buen Amo, con mente persuasiva, además de ser muy confiable y creíble, pueden dar ese pequeño, pero a la vez gran paso hacia lo absoluto.


Dedicado a mi niña janna. Sir Reus

domingo, 8 de enero de 2012

El placer de un enema de dolor...


Está nerviosa porque me ve suave con ella y esto le da mucho que pensar.
Pasamos al interior de la cocina donde descubre con gran alegría que hoy "SÍ TOCA".
Preparo los utensilios, los coloco en su lugar más apropiado y lo más importante en un sitio elevado cuelgo la cisterna de donde bajará el líquido que de forma paulatina irá penetrándola, primero hasta conseguir ponerla sensual, más tarde llegaremos al estado de excitación dura (piel de gallina en las piernas) y posteriormente será su anhelado castigo que tanto desea porque le une a su Amo de una forma íntima.
Me siento en la vieja silla bajita de madera, me acomodo bien en ella i tomo de la mano a mi bonita sumisa. De forma delicada subo las dos manos por entre su faldita hasta llegar a tocar sus braguitas, ya húmedas, cogiéndolas y bajándolas despacito, primero hasta las rodillas, momento que aprovecho para indagar si está preparada para lo que le voy a dar (húmeda y relajada), luego sigo bajándolas hasta llegar a los tobillos momento en que sube un pie para que pueda sacar esa pierna i posteriormente sube la otra para sacárselas totalmente y guardarlas colgadas en el reposa espaldas de la silla, ya muy veterana en éstos trances.
Esta ya tan excitada que casi se tira a mi falda pero adivinando su intención la freno porque sé que se situará de una forma poco funcional y yo deseo que pueda aprovechar toda su capacidad de entrega sin restar posibilidades por una mala posición.  Sus pechos han de sobresalir de mi pierna izquierda, su bajo vientre ha de reposar entre mis piernas y su culito ha de sobresalir por la derecha de mi pierna derecha como buscando esa cánula que ella no deja de mirar, con ojitos de ilusión, porque es su preciado premio del momento que vamos a vivir juntos. Sus pies apoyados en el suelo con sus zapatos de talón bien sujetos para sentirse la hembra más deseada de entre todas las sumisas del mundo en este momento.
Le beso el cuello, le acaricio los hombros. Sus mejillas también merecen ser acariciadas con el torso de mi mano, de forma que no la tomo sino deslizando los dedos llego a la comisura de sus labios a los que ofrezco ese apretoncillo que ella si sabe bien lo que significa éste detalle. Sus cabellos dorados son motivo de fiesta visual para mi, mientras va va moviendo el culito a la espera de ser motivo de atención de su Amo y a la caza de su tubito que tanto añora desde hace tiempo.
Un par de azotes en su nalgas dan la salida al acto de entrega más sensual que para mí hay en mi sumisa. Un espléndido enema.
Abriéndole las nalgas, también húmedas por la cercanía y su extremada excitación, coloco esa buena dosis de crema para que no haya acto alguno de dolor en éste primer apartado tan angelical. Introduzco la cánula hasta que la llave que corta la fluidez del liquido toca su culito abierto.
Entonces, acariciándole su cuello con mi lengua voy acercándome con la boca a su oreja donde le susurro al oído que se relaje totalmente que voy a empezar el ritual de su limpieza y entrega a su Amo y le pido que se relaje totalmente para que pueda sentir todas las sensaciones que le iré dando en el transcurso de la sesión y que su cuerpo se vaya adaptando a cada momento para disfrutar más y darme a mí la fascinación de una entrega bien dulce y muy excitante cuando se hace de forma sensual.
Abro el paso (esta vez de agua tratada y caliente pero sin quemar) del liquido a través de la llave a la que debo dar cuarto de vuelta para que entre sin problema alguno. Varias veces he de mover la cánula para calcular la máxima penetración sin que su intestino obstruya el orificio de salida  y el agua fluya de forma suave pero constante.
Va entrando de forma paulatina sin prisas i le susurro que se relaje que solo lleva medio litrito y eso para ella, acostumbrada a su limpieza, es habitual y gustoso.
Acariciando su tripita se va haciendo ese hueco para que otro medio litro vaya aposentándose en su interior, ahora empieza a costar más su relajación pero aun es posible relajándola manualmente y hablándole con suavidad dándole confianza en su buen comportamiento hasta ahora. 
Acariciando su vulva mojada, suplicante de las caricias, consigo despistarla un poquito y así llegamos al litrito y ella sabe que hoy toca mas dureza así que se prepara. Con un pequeño descanso, sin sacar la cánula de su interior, proseguimos a ponerle el siguiente medio litro. Hoy su Amo le ha preparado un enema de dos litros, de dureza buena para una sumisa de sus características físicas. Apurada pero discreta en suplicas mi sumisa ha de poder tomar medio más para que su Amo de por finalizado éste sensual acto de entrega que le regala su encantadora sumisa. Aparece por fin la piel de gallina en su culo desnudo. Sus muslos se ponen nerviosos y quieren no parar, los movimientos bruscos hacen que deba darle unas cariñosas  nalgadas para quitarle esa inquietud por finalizar y acallar sus peticiones de clemencia. Ya falta poquito, dos rayitas de nada y es tu momento de premio janna le comento con ese orgullo que siento en mi interior y que intento transmitirle.
Tarda en bajar el nivel de agua hasta que la última gotita de tortura entra en su culo generoso en formas y placeres.
Con cuidado saco la afortunada cánula y para su plena entrega de dolor a su Amo la tapono con ese dildo que sin piedad le impide sacar sus nervios i entrar en el éxtasis del placer tan deseado de un vaciado rápido y enérgico.
La hago levantar, cosa que le cuesta debido a la presión interior que le dificulta sus movimientos, y de la mano la llevo a la bañera donde la hago entrar y de pie le pido que se masturbe en pleno dolor para mi placer. Nerviosa y temblorosa me dice que no podrá pero mi insistencia y ganas de ver como lo consigue empiezo yo acariciándole su húmeda vulva. Ella sitúa sus dedos en su clítoris e inicia suavemente su masaje. A los segundos ya es toda una joya de deseo y entrega. Aumenta su dureza y velocidad de masaje sexual, le tomo el vientre con mi mano izquierda masajeándoselo mientras con la derecha cojo fuertemente el dildo esperando la llegada de su orgasmo para potenciarle el placer al sacárselo justo en los primeros estertores.
Ya está cerca pero sabe que debo ser yo quien le autorice ese soñado y liberador orgasmo.
Ya Amo, ya Amo dice y repite con la voz rota. Muy bien contare a tres le digo sin prisas y muy excitado por tener en mi mano su liberación total.
Le digo contaré a tres janna y al llegar a tres puedes correrte sin dejar ni una gota de placer y sacándolo todo al exterior sin retenerlo para nada.
Uno…Dos y… y… mmmm disfruta janna de tus sensaciones le digo y… TRES MI NIÑA… En ese instante hace explotar su orgasmo mientras que yo al unísono le libero de su enema sacando bruscamente ese tapón que la mantenía en ese estado de dolor pre orgásmico, soltando  a la vez su enema y su orgasmo entra en una especie de  Shock sensorial.
Acabado ese espasmo gigante entra en un lloro desenfrenado de placer.
Me siento orgulloso como siempre de mi obediente sumisa una vez más. Ha sido una experiencia como todas las que me proporciona mi chica 10.
Sir Reus